Turismo en Mendoza: recorriendo Malargüe

La provincia de Mendoza cuenta con bellísimas áreas para recorrer, y conocer. Afortunadamente, la hotelería en Mendoza se encuentra bien desarrollada en todos sus segmentos, especialmente en los sitios considerados de interés turístico, como Malargüe. A tan sólo 420 km de la capital de la provincia, el departamento de Malargüe ofrece una amplia gama de actividades y atractivos, con un microclima particular que posibilita la práctica de todo tipo de deporte al aire libre. De hecho, Malargüe, ha sido declarada Capital del Turismo Aventura.

La región de Malargüe se caracteriza por su geografía accidentada. De alli procede el nombre de  Malargüe que significa  «corral de piedra», por las extrañas formas rocosas que parecían   corrales naturales donde los aborígenes locales llevaban su ganado a pastar. La región se presta para las travesías cross-country, ya sea en vehículo motorizado, en bicicleta, a caballo, o sencillamente caminando. La zona es ideal para la práctica del rapel, el que consiste en subir empinadas paredes rocosas con la ayuda de arneses con sogas.

A  20 kilómetros de la ciudad de Malargüe se encuentran los Castillos de Pincheira.  Se les puso Castillos debido a  la forma caprichosa con que la erosión del clima ha trabajado las laderas montañosas, creando verdaderos castillos. Castillos de Pincheira es un lugar mítico, donde la historia y la fantasía popular se entrelazan para crear las más increíbles historias. Según cuentan Pincheira era el apellido de unos hermanos, bandidos ellos que hostigaban la zona hacia fines del siglo XIX. Los “Castillos” eran su refugio favorito para esconderse de las autoridades que estaban tras ellos.

Por la zona corren el río Malargüe y el arroyo Pincheira. El lugar es una reserva natural, donde el turista hallará gran cantidad de proveedurías, albergues, y sitios para acampar y donde hallarán todo lo necesario para la realización de los deportes de aventura mencionados. Desde la localidad se debe cruzar por un rústico puente de cable y madera para acceder a los castillos. Allí se pueden observar restos de las culturas indias locales y reliquias arqueológicas, como puntas de flecha y artefactos de cerámica. La región es perfecta para quienes gustan de la fotografía de la vida natural, dado que la biodiversidad de la flora y la fauna local se prestan bellamente, junto con el increíble paisaje, para lograr las tomas más hermosas.

Un párrafo aparte merece la gastronomía de la zona. Es imposible pasar las vacaciones en Mendoza sin probar el chivito local, verdadera exquisitez que se deshace en la boca, y nos hace creer que nunca hemos probado la carne hasta ese momento.

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