Si pagas, elige lo mejor
Lo que garantiza una buena traducción no es simplemente el buen conocimiento del idioma de origen y el idioma de llegada, sino también la capacidad experta de saber lo que es el fenómeno de la traducción. Existe el mito, muy extendido, de que cualquier persona que sepa los idiomas con los que se trabaja puede traducir un texto. Es decir, son muchísimas las personas que no creen en la traducción profesional porque piensan que quien sabe inglés, por ejemplo, y habla español puede perfectamente y sin ningún tipo de problema realizar la traducción de un texto.
Es muy curioso que la gente presuponga tal cosa. Desde luego, no se cree que cualquiera que tenga conocimientos médicos pueda ejercer la medicina, ¿verdad? O que una persona que se conozca las leyes al dedillo pueda presentarse en un juicio a defender una contienda. ¿A que no? Y lo mismo ocurre con un profesor: al fin y al cabo, existen materias como la historia, el conocimiento del medio o la historia de la música que muchísimas personas que no son profesores titulados pueden conocer. ¿Eso les capacita para entrar en un aula y dar clase a nuestros hijos?
Por supuesto que no y lo mismo ocurre con el campo de la traducción. Los parámetros de calidad y profesionalidad deben ser los más altos, pero somos nosotros quienes tenemos que establecerlos (por supuesto, con buenos servicios traducciones). Si exigimos calidad y profesionalidad para otros aspectos, como médicos, abogados, dentistas, profesores, etc., también las tenemos que exigir para las traducciones que necesitemos y por eso hemos de recurrir a una buena agencia de traducciones.