Reservas turísticas en Maienfeld: visita a la tierra encantada de Heidi
El personaje de Heidi, creado hacia 1880 por la escritora suiza Johanna Spyri, es sin dudas uno de los más queridos de la literatura infantil. Aun cuando la mayor parte de su fama no se deba a la historia original imaginada por dicha escritora, sino a una serie animada japonesa de adaptación muy libre. Gracias a aquellos dibujos animados, todo aquel que haya sido niño desde los años ’70 hasta hoy ha soñado alguna vez con recorrer los Alpes suizos descalzo, en compañía de una cabrita blanca, y preguntándole a su abuelito por qué es tan, tan feliz. Para todos ellos, hay muy buenas noticias: hoy, una simple reserva de hotel puede introducirnos en la huella del mítico y adorable personaje.
Heidi, sin lugar a dudas, no existió, pero su autora, Johanna Spyri, solía pasar sus veranos en una cabaña muy similar a la elegida para ambientar su novela. Esta cabaña fue restaurada para convertirse en el corazón de Heididorf, la pequeña aldea turística donde el espíritu de la adorable pequeña llena de encanto cada rincón.
La excursión a Heididorf comienza en Maienfeld, pequeña ciudad que es también mencionada en la novela. Su estación de tren dista unos 25 minutos de caminata de Heididorf. Ya en la aldea, un lugar de ensueño, todo remite a Heidi, desde la fuente de Heidi hasta su casa, pasando por la torta de Heidi que se sirve en la posada. No obstante, cabe aclarar, la iconografía del lugar no se corresponde con la de la serie japonesa. Pero Pedro, Heidi y el abuelito están allí, siempre dispuestos a fotografiarse con los turistas. La excursión a realizar es aquí la Heidiweg, una ruta de cuentos que recorre los escenarios emblemáticos de la novela.
Comienza en la Heidihaus, la cabaña que la dulce Heidi compartía con su abuelo, donde se reproducen escenas de la vida cotidiana de ambos, sigue a través de los bosques hasta llegar a la casa de Pedro y sube luego a través de los Alpes, donde el abuelito recibe a los visitantes y posa para las fotografías. La aldea cuenta también con una pequeña oficina de correos donde se matasellan postales conmemorativas con motivos de la novela.
Para poder visitar Heididorf resulta ideal alojarse en la cercana Maienfeld, donde, además, se puede disfrutar de sus baños termales. Los verdaderos fanáticos del personaje, sin embargo, pueden vivir la ilusión a pleno alojándose en algún sencillo hotel barato o alguna de las pequeñas posadas que salpican la Heidiweg. Y descubrir, así, por qué Heidi era tan, tan feliz…
Jorge Alberto Guiñazu