La seducción a través de los perfumes
La seducción es la fuerza motriz que nos impulsa a realizar cosas en la vida. Ser considerados seductores por el resto de las personas, ser mirados, ser apreciados, puede llegar a convertirse en la meta última de muchos. Por eso, la seducción es uno de los temas existenciales que más lugar ocupan, especialmente en la cultura actual. Y uno de los componentes más importantes de la seducción es el olor. Esto está científicamente comprobado, ya que numerosos estudios han demostrado la relación entre el olor y el comportamiento humano. Entonces, no es exagerado decir que un olor puede enamorar, y de hecho los perfumes enamoran.
Elegir un perfume debería ser considerado como una estrategia de seducción. Así, un perfume debe complementar en un todo la personalidad de quien lo usa, que se refleja en su atuendo, manera de proceder, forma de actuar y de expresarse. Tanto es así, que sería un error elegir una fragancia sólo porque hemos sentido que la usa otra persona. Es un hecho que los perfumes interactúan de forma particular según la piel de quien lo use, por eso podría darse el caso de un perfume que sea ideal para una persona, pero que no quede tan bien cuando lo usa otra.
Encontrar el perfume ideal para cada uno puede llegar a ser una tarea que demande varios años, de pruebas de ensayo y error, hasta dar con esa fragancia particular que nos caracteriza, que mejora y aumenta nuestra capacidad de seducción. Lo más conveniente es comprar perfume y usarlo durante un tiempo para comprobar la manera en que éste interactúa con nuestra propia piel y nuestros efluvios personales a lo largo del día. También es un hecho que el perfume no huele igual manera sobre la piel recién colocado que con el paso del tiempo, pues la temperatura y los aceites de la epidermis modifican el bouquet final.
La capacidad para probar perfumes no debe exceder de cuatro o cinco perfumes por día, ya que, fisiológicamente hablando, las células olfativas de la nariz se saturan y pierden capacidad para discernir las distintas notas. Cuando uno se decide a comprar un perfume, lo más conveniente es llevar algunos granos de café en un pañuelo, y olerlos entre prueba y prueba, para despejar las fosas nasales y «limpiarlas» de las moléculas que aún puedan permanecer en los receptores olfativos. Como recomendación final podemos agregar que encontrar ese perfume particular puede llevar varios años de prueba, pero una vez que se logra, se convertirá en una herramienta sumamente poderosa para afianzar nuestra personalidad y seducir al mundo.
Andrea Andorra es asesora de belleza para http://www.perfumesandorra.com/perfumes/mujer/.