Espejos en los que no mirarse.
Se supone que un futbolista profesional de los considerados de primer nivel , no solo cobra (espléndidamente, por cierto) para demostrar sobre un terreno de juego sus virtudes con el balón en los pies , también para mantener un comportamiento y una educación que cualquier deportista debe de tener siempre presente en el ejercicio de su actividad y más si pertenece al grupo de los llamados de elite que son seguidos por miles de niños y jóvenes a los que en cierta medida están obligados a dar un buen ejemplo. Lamentablemente hay algunos profesionales (?), que están en la mente de cualquier aficionado, que no saben comportarse dentro de una cancha con la mínima educación exigible, y esto no sólo vale para un deportista, lo hago también extensible para cualquier persona. Cuando su entrenador los sustituye en el transcurso de un partido, ejerciendo libremente las responsabilidades y derechos de su cargo, dicho sea de paso, lo encajan negativamente y algunos ya no es cosa de que pongan mala cara, salen del campo protestando, otros miran a su técnico con aspecto desafiante, algunas incluso hasta se encaran con él y alguno más osado lo recrimina y hasta le insulta. Otros, no por eso menos mal educados, le niegan a su entrenador la mano cuando este se acerca a felicitarlos. Si este es el espejo deportivo en el que se han de mirar nuestros pequeños futbolistas mal ejemplo les estamos dando para cuando sean mayores.