De Santa Rosa a La Paz
Las localidades mendocinas de La Paz y Santa Rosa pertenecen a la franja turística este de la provincia, cercana a la provincia de San Luis. Esta zona es ideal para descubrir otras facetas del turismo en Mendoza, alejada de la imagen más tradicional de nieve, cumbres y vinos. La Paz y Santa Rosa, si bien es también zonas de bodegas, se distinguen por otro tipo de producciones agrícolas. La producción de frutas frescas es una de ellas. Por ese motivo, la región es un verdadero paraíso para los amantes de las mermeladas, jaleas y conservas. Otro de sus atractivos es la abundancia de frutas secas, que pueden obtener, recién cosechadas, a la vera de las rutas.
El departamento de Santa Rosa está atravesado por el desierto de La Travesía, que lo ocupa en casi toda su extensión. Sin embargo, se multiplican en él las granjas apícolas. Es de allí que proviene la sabrosa y fresquísima miel mendocina, famosa en todo el territorio nacional.
La geografía eminentemente desértica del territorio de Santa Rosa se ve alterada por una feliz excepción que vale la pena conocer: la reserva natural de Ñacuñán. Esta reserva debe su nombre, que significa “águila blanca”, al último cacique de Malargüe, aliado del libertador José de San Martín. La reserva, primer área natural protegida de la provincia de Mendoza, es fundamentalmente un santuario de algarrobos. Talada indiscriminadamente durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX, esta noble especie que estuvo a punto de desaparecer se recupera hoy exitosamente en Ñacuñán.
El algarrobo suministra naturalmente refugio y comida a las aves, lo cual convierte a la reserva de Ñacuñán en el lugar ideal para quienes gusten del avistamiento y observación de pájaros. Abundan allí, entre otros, el yal, los chingolos, las calandrias y diversas especies de pájaros carpinteros. La variada fauna autóctona del lugar se completa con la presencia de zorros grises, gatos monteses, gatos del pajonal y hurones.
En el límite con la provincia de San Luis, el departamento de La Paz hace honor a su nombre. El río Desaguadero, que divide ambas provincias, resulta excelente para la práctica de canotaje y otros deportes náuticos. Más agreste y menos frecuentado que el popular cañón del río Atuel; el cauce del Desaguadero es una extraordinaria alternativa a la hora de planear un día de excursión distinto. Y no está tan lejos de la comodidad de los hoteles en Mendoza capital…
Jorge Alberto Guiñazu