Claves para aprovechar tus perfumes al máximo
Los perfumes tienen todos y cada uno de ellos una personalidad bien definida. Y cada perfume es distinto, según la fragancia natural de la persona que se lo aplica. Por eso, el elegir un perfume porque has sentido que a otra persona le quedaba muy bien, tal vez haga que te decepciones cuando te lo pruebes en ti misma, porque el perfume interactúa de manera muy particular con el olor propio de cada uno de nosotros.
He aquí algunos tips que te ayudarán a sacarle el máximo provecho a esas hermosas botellitas que encierran la belleza de fragancias exquisitas en sí mismas.
Las personas de piel grasa retienen por más tiempo las fragancias de los perfumes. Si tu piel es muy seca, puedes solucionar este inconveniente colocándote una capa de crema antes de proceder a aplicarte el perfume. Esto puede suceder a las personas de piel muy blanca. Cada persona tiene un pH –acidez- de su piel diferente, que es en rigor de verdad lo que interactúa con el perfume. El mismo está relacionado con factores endócrinos, y hasta con la dieta. Todo influye al momento de que el perfume produzca la nota final sobre cada persona en particular.
Una manera de hacer que el aroma permanezca es aplicar el perfume en los lugares de mayor pulsación, es decir con mayor flujo de sangre. El calor del cuerpo hace que el perfume se libera plenamente, y de manera paulatina. Las zonas más favorables son la nuca, detrás de las orejas, interior de los brazos, pliegue del codo, muñeca y detrás de las rodillas –un lugar muchas veces olvidado.
El problema con las fragancias diluidas en alcohol, la mayoría ya que el alcohol etílico es el solvente que se emplea por excelencia, es que tienden a evaporarse, por el mismo mecanismo que libera los principios activos de las esencias. Por esto, es necesario disponer de un lugar especial para guardar los perfumes, donde no haya luz –especialmente solar-, y haya una temperatura más bien fresca. El calor es un gran enemigo de los perfumes, y puede causar su descomposición. Recordemos que los aceites en que los perfumes basan su composición son en su mayoría derivados de plantas y flores, es decir, sustancias biológicas, más susceptibles a los cambios químicos.
El tiempo medio de duración de un perfume es de tres años. Pasado ese lapso, las fragancias se debilitan, y no tienen tanta efectividad como cuando son recién elaborados.
Conviene probar un perfume sobre la piel limpia, es decir después de bañarnos con jabón neutro. No es el mismo el resultado de la nota final de un perfume sobre una piel muy transpirada que sobre una piel limpia, y sin olores residuales.
Con estas sencillas claves podrás elegir el perfume que más se adecue a tu personalidad y a tu piel, y disfrutarlo desde la primera gota hasta la última.