Breve historia de SEAT
La historia de SEAT comienza en la España de posguerra, en una época en la que en el país había 3 vehículos por cada mil habitantes. En 1950, el INI (Instituto Nacional de Industria) y la empresa automovilística FIAT unieron sus fuerzas para popularizar el uso del coche en España. El resultado fue la constitución de la Sociedad Española de Automóviles de Turismo.
El primer modelo que salió de la fábrica situada en la Zona Franca de Barcelona fue el 1400, que vio la luz en 1953. El éxito de este modelo es inmediato y su demanda crece rápidamente, lo que da lugar a nuevas versiones y a un aumento en la producción. En 1956 se alcanza un hito en la historia de SEAT: la producción de 10.000 automóviles en un año.
Entonces SEAT empezó a producir coches dirigidos a la emergente clase media. Así en 1957 nació el 600, todo un icono y el automóvil más emblemático de la marca. Con este modelo se inicia la auténtica motorización del país, que influye positivamente en la economía al favorecer la proliferación de otros negocios como gasolineras o talleres, donde los primeros propietarios de vehículos acuden buscando ayuda para solucionar los problemas que sufrían sus automóviles, bien fuera una avería del motor o un cristal roto.
La popularidad y las ventas de la empresa, así como las unidades producidas, siguen creciendo durante la década de los 60, al mismo tiempo que se fabrican otros modelos como el 1500, el 850 o el 124.
En la década de los 70 la empresa tiene que hacer frente a grandes problemas. Los cambios producidos en el panorama político español hacen que sea imposible mantener el sistema de aranceles a la importación, esto propicia la entrada de grandes multinacionales automovilísticas en España, que representan una fuerte competencia. Además, el sector del automóvil se vio sacudido por las dos crisis energéticas sufridas a nivel mundial.
Con la instauración de la democracia, el INI toma la decisión de cerrar o vender las empresas públicas que presentaban pérdidas, entre ellas estaba SEAT. En un mercado convulso caracterizado por una feroz competencia y sin la protección del Gobierno, el futuro de SEAT apuntaba a una absorción por parte de FIAT, que era presionada políticamente para que adquiriera la empresa española.
La integración de SEAT en FIAT estaba prevista para junio de 1980, pero la crisis que padecía la marca italiana hizo que vendiera al INI todas las acciones que poseía de SEAT por tan solo una peseta.
Las auditorías realizadas en SEAT después de la caída de la dictadura revelaron grandes pérdidas, que tuvieron como consecuencia una reducción de plantilla y la urgencia por encontrar un comprador de la empresa. Aquí entra en escena la empresa alemana Volkswagen, que adquiere el control total de SEAT en 1986.
SEAT volvió a presentar un balance positivo de resultados en 1988, esta tendencia al alza se vio truncada por la gran crisis económica que vivió España en 1993 y que propició una fuerte bajada en el mercado automovilístico. La empresa registró enormes pérdidas y su futuro volvía a estar en entredicho, pero de nuevo pudo sobrevivir gracias al apoyo económico de VW y del Gobierno.
A finales de la década, VW introduce una estrategia de reducción de costes, según la cual decide que sus marcas (Skoda, SEAT, Audi y VW) compartan los componentes y estructuras. Esto supuso una nueva época de esplendor para SEAT.
Pero con el tiempo esta estrategia tuvo consecuencias negativas, los modelos de las marcas de VW se parecían mucho entre sí y ocupaban el mismo segmento del mercado. Por eso VW vuelve a cambiar su estrategia en 2002 y divide sus marcas en clásicas y deportivas, pasando SEAT a formar parte de la segunda categoría. Así comienza una nueva era para la marca, en la que intenta consolidar su posición en el sector deportivo del mercado automovilístico.