¿Por qué el decoletaje fue creado y desarrollado en el valle del Arve?
Se trataría de un relojero de San Segismundo, Joseph Ballaloud, que en el siglo XVIII estaría en el origen de la vocación local por la industria del decoletaje. Tras haber vivido en Nuremberg para perfeccionar sus conocimientos, se instala en el país en 1720, y transmite a los campesinos su saber hacer. Las pequeñas piezas de relojería se crean así y son vendidas a los fabricantes de relojes de Ginebra.
La profesión se oficializa, se organiza y estructura progresivamente. Se va extendiendo por toda la región y en la víspera de la Revolución, Francia cuenta con 115 relojeros establecidos en 16 municipios diferentes. Esta microindustria permite al Valle del Arve encontrar un medio de subsistencia y frenar la emigración.
El siglo XIX
En el siglo XIX, la industria relojera local sufre una falta de calidad, de infraestructuras y un grave incendio devasta la ciudad de Cluses. Los talleres son destruidos. Para competir con los relojeros suizos, y garantizar la independencia económica del Valle, el doctor Firmin Guy crea en 1848 una escuela especializada, que formará a relojeros y personal especializado en el decoletaje.
En la misma época, el pedal que accionaba el torno es reemplazado por un sistema que utiliza la fuerza hidráulica. El decoletaje pasa entonces a una organización casi industrial, teniendo que confrontarse más tarde con la llegada de los motores eléctricos, y por tanto de los tornos automáticos.
Finales del siglo XIX
A finales del siglo XIX aparecen nuevos sectores de actividad, automóviles, electricidad, telefonía que abren perspectivas a las empresas locales. La Primera Guerra Mundial implicó a las fábricas en el esfuerzo de guerra y aceleró el éxito de la industria del decoletaje para fabricar piezas y armas para el ejército que tenía grandes necesidades.
El crecimiento del sector automovilístico, la aparición de la electrónica y de los electrodomésticos en los años 70, son una formidable oportunidad para la industria del decoletaje y así entrar en un periodo de abundancia. Los beneficios de los industriales se multiplican por 2 entre 1970 y 1974. Las capacidades de producción de la calidad forjan el nombre internacional de la Alta Saboya en materia de decoletaje, y de tratamiento industrial.
En esta evolución, conviene destacar el papel importante que jugó la escuela de relojería, así como las propias fábricas de decoletaje.
Presente y futuro
Para el presente y para el futuro, el decoletaje tradicional ha sabido protegerse frente a otros competidores procedentes del sureste asiático o de India, que ya han tomado una parte importante del mercado, pero igualmente de las nuevas tecnologías. De esta forma, cada vez más piezas dejan de fabricarse en metal, y se confeccionan en plástico. También está la impresora 3D que permite fabricar piezas añadiendo materia a partir de un hilo fundido mientras que el decoletaje fabrica sus piezas retirando el metal de una barra.