Viajar es un placer
Hasta hace apenas unos años, era una persona muy poco transgresora en cuanto a viajar se refiere. Para mí, las mejores vacaciones era pasar un par de semanas en una zona costera dentro de España, disfrutando del sol del Mediterráneo y del buen clima. Desde luego, no me planteé en ningún momento viajar a un lugar distinto dentro del país, de modo que mucho menos traspasar las fronteras nacionales. Yo no estaba hecho de esa pasta y a mí lo que me gustaba era la comodidad de saber dónde estaba, de saber que podría hablar el mismo idioma y que no iba a tener ninguna complicación.
Sin embargo, todo cambió cuando un día, por casualidades de la vida, mi pareja resultó premiada con un crucero. Desde luego, si no iba yo, ella lo iba a aprovechar igualmente, así que me armé de valor y, pese a las reticencias que mostré en un primer momento, me lancé a la aventura, o más bien al mar.
Desde entonces, todos los años realizo un crucero en cuanto me es posible, y suelo intentar cambiar de destino para probarlo todo. Estar a bordo de un barco de lujo es una auténtica maravilla, pues se trata de grandes complejos hoteleros de lujo con piscinas, jacuzzi, sauna, solarium y muchos bares y restaurantes. Además, existen muy buenas ofertas (en barcos cruceros). No lo dudes más y lánzate a probar el universo de los cruceros: por Mediterráneo, Caribe o Dalmacia. Por las islas griegas, por Malta, por Estados Unidos o los Fiordos noruegos. ¡Hay posibilidades para todos! Abre tu mente y no te pierdas esta fantástica aventura.