El exclusivo encanto de 1884

Turismo en MendozaEl refinado restaurante 1884, pertenecienta a las Bodegas Escorihuela en Godoy Cruz, Mendoza, surgió en 1996 de la imaginación conjunta del bodeguero Nicolás Catena Zapata y el prestigioso chef Francis Mallmann. ¿La finalidad? Rendir un homenaje a la cocina andina en general y a los vinos mendocinos en particular. El restaurante, cita gourmet obligada para el turismo en Mendoza, debe su nombre al año de fundación de las Bodegas Escorihuela, en un predio que por entonces era pleno campo y hoy forma parte del conglomerado de esta hermosa ciudad.

Para la decoración del lugar se buscó respetar en todo lo posible el antiguo encanto del edificio original. Se conservaron así los pisos de damero originales y las bellas arañas italianas de opalina turquesa. Las paredes se colorearon con tierras andinas para que tomaran el cálido tono púrpura de los delicados vinos de la región. En el salón principal, la sala vip y el bar reina un silencio cuidadosamente buscado para ofrecer a los comensales el marco ideal para una experiencia culinaria que se disfruta con los 5 sentidos.

La cocina de 1884 busca recrear la fusión de raíces incaicas y cocina europea de inmigración que está en el origen mismo de la gastronomía mendocina. Todo, con el toque experimental y creativo del que los chefs más inquietos no pueden privarse. Pero no se trata en ningún caso de una cocina presuntuosa, sino de una cocina de una, digamos, sencilla sofisticación. La casa se enorgullece de especializarse en las cocciones al aire libre con todas las técnicas de fuego: horno de barro, infiernillo, rescoldo, parrilla, chapa, vara y asador. El horno de barro es alimentado exclusivamente a fuego de sarmientos. La cocina de 1884 busca recrear las cocciones más sencillas y artesanales penetrando en sus secretos para extraer la secreta alquimia de los sabores.

El homenaje a los vinos de Mendoza se materializa en la extraordinaria cava con más de 12000 botellas y 600 etiquetas de vinos. Aunque, en reconocimiento al aporte de Francia como nación pionera del refinamiento vitivinícola, pueden encontrarse allí algunos selectos representantes de cosechas mitológicas de Burdeos o Borgoña.

El deseo confeso del restaurante, en lo que a vinos y catas se refiere, es romper con la tendencia a un paladar único y universal en materia de vinos que se registra en los últimos años. Y demanda, audazmente, que un vino debe ser nada menos que el reflejo del pensamiento de un hombre o de una mujer. Una propuesta gourmet distinta. Otro imperdible del turismo en Mendoza.

Jorge Alberto Guiñazu

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