Vivir de alquiler en Barcelona
El mercado del alquiler siempre salta a la palestra pública cuando la venta de viviendas se resiste. Aunque la cultura de la propiedad está fuertemente arraigada en España, el arrendamiento adquiere cada vez más atractivo.
El Ministerio de Vivienda reveló en una estadística reciente que el porcentaje de inquilinos en nuestro país ronda el 13%, una cifra poco significativa teniendo en cuenta el 40% que supone en otros países europeos. El alquiler en Barcelona guarda muchas similitudes con el de otras ciudades españolas con gran densidad de población, como Madrid y San Sebastián, donde las mensualidades que exigen los arrendadores por vivir en el centro urbano son muy altas.
Los precios oficiales de las rentas favorecen este sector, ya que según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, las rentas subieron el pasado mes de marzo un 1,2% respecto al mismo mes de 2009. Aunque se arroja un crecimiento, éste es menor que la inflación, situada en el 1,4%. Además, se trata de la menor subida desde que este organismo comenzó a recopilar datos en 2003.
En el caso de Cataluña, el encarecimiento sí superó el IPC, llegando al 1,6%, siendo la segunda región que más creció, sólo por detrás de Asturias (1,9%).
El perfil del inquilino ha evolucionado a lo largo del tiempo. Ahora el grueso está compuesto por gente joven, profesionales liberales en su mayoría, que necesitan una mayor movilidad laboral. Por otro lado, muchas parejas posponen sus planes de compra ante la situación actual de las hipotecas poco flexibles.
Los propietarios que ofrecen pisos en Barcelona continúan padeciendo un mal endémico: el miedo al impago. Desde muchas asociaciones de expertos, y también desde el Gobierno, insisten en que se han sentado las bases para que las garantías al arrendador no se vulneren tan fácilmente. Un claro ejemplo de ello fue la aprobación de la Ley de Medidas de Fomento y Agilización Procesal del Alquiler, aunque los juzgados continúan estando muy saturados.