Visite el Parque San Martín
Muy cerca de los principales hoteles de Mendoza, no se puede dejar de visitar el Parque San Martín, un verdadero pulmón verde de la ciudades y uno de los paseos más tradicionales, ya que con su abundante vegetación y puntos de interés atrae tanto a los locales como al turismo.
En el parque San Martín reina una temperatura, en promedio, 4 grados inferior a la del asfixiante asfalto. De ahi que en verano se convierta en el punto de reunión obligado de los mendocinos, que suelen permanecer allí, disfrutando del verde, hasta altas horas de la madrugada. Pero para quien llega de visita a Mendoza, el parque ofrece muchos otros atractivos por descubrir a cada paso.
El principal de ellos resulta, sin dudas, el imponente Cerro de la Gloria. Con sus 960 mts de altura, recompensa el ascenso regalando a los intrépidos una espectacular vista panorámica de la ciudad. El trayecto entre el ingreso al parque y el acceso al cerro se encuentra jalonado de puntos en los que vale la pena detenerse. Como el Zoológico mendocino, el Museo de Arqueología, preciosas fuentes de diferentes estilos y el no menos bello lago del parque.
En el punto en que el camino empieza a serpentear, ascendiendo lentamente hacia la cima del cerro, se encuentra el popular anfiteatro griego Frank Romero Day, con capacidad para 23000 espectadores. Allí se realiza cada verano el festejo de clausura de la Fiesta de la Vendimia y se corona a una nueva reina. Pero el anfiteatro es sede de todo tipo de espectáculos artísticos y musicales en diversas épocas del año.
Ya en la cima del cerro, el Monumento de la Patria al Ejército de los Andes recibe a los visitantes. Su imponencia sorprende: se trata de una impresionante mole de 14 toneladas de bronce, obra del escultor uruguayo Juan Manuel Ferrari. Las piedras que conforman la torre trunca, base del monumento, fueron traídas de la sanmartiniana localidad de Uspallata. Los frisos de bronce que rodean la torre, así como el conjunto escultórico central que la corona, recrea escenas de la campaña libertadora y rinde homenaje a los miles de hombres y mujeres que hicieron posible la gesta. Cada imagen guarda, además, una rica significación simbólica, que los visitantes pueden jugar a descubrir.
Y mientras se debate tal vez si las patricias mendocinas tenían o no mala cara al entregar sus joyas, qué mejor que emprender el descenso para continuar disfrutando de esta verdadera joya del turismo en Mendoza capital.
Jorge Alberto Guiñazu