Turismo en Mendoza: el cerro Aconcagua
Unos 80 km hacia el oeste de la capital mendocina se encuentra el pico más alto del continente americano: el cerro Aconcagua. Los sucesivos gobiernos provinciales y nacionales han entendido la importancia de cuidar el delicado ecosistema de los Andes, y la necesidad de preservar las fuentes de agua para las generaciones futuras. Por este motivo, a partir del año 1983 la zona del cerro Aconcagua fue declarado parque nacional, de modo que todas las leyes proteccionistas de la flora y fauna se aplican a esta región paradisíaca. Quien haya reservado alojamiento en Mendoza, no puede dejar de pasar a visitar este imponente mole que nos recuerda la pequeñez del alma humana.
El parque Aconcagua tiene una extensión de más de 70,000 ha. Al lugar llegan durante todo el año, y en especial en las temporadas veraniegas, gran cantidad de andinistas que desean probar su suerte enfrentando el reto de escalar este pico hasta su cumbre. Para ello se han creado refugios en el que los deportistas encuentran alojamiento, abrigo y provisiones para enfrentar el agobiante paseo.
Se puede encontrar vegetación sólo hasta los 3500 m de altura. A mayor altura, la concentración de oxígeno en el aire disminuye notablemente, generándose condiciones incompatibles con el desarrollo de especies vegetales. La cumbre de este cerro está cubierto en por una capa de nieves perennes.
De acuerdo a la opinión de los expertos, las condiciones del cerro Aconcagua son más extremas que la del mismísimo Himalaya. Por tal motivo, encarar el escalamiento de esta montaña requiere una intensa preparación por parte de quienes lo intentan. Uno de los mayores peligros es el de muerte por embolia pulmonar, también llamado «mal de la montaña», relacionado directamente con el poco oxígeno y la escasa presión atmosférica reinante.
Hay varias rutas establecidas para la ascensión al cerro Aconcagua. Esta la ruta normal (la más común), la ruta del glaciar de los polacos, la vía eslovena, o la ruta francesa. Estas denominaciones se refieren a grupos de andinistas de distintas nacionalidades que intentaron escalar el coloso, con distinta suerte.
Los que gustan de la fotografía de animales y de la vida al aire libre están de parabienes en esta región. En ella es posible observar al cóndor andino en estado natural, como así también al abundante población de aves como el águila mora, patos y chorlitos. También se encuentra un habitante autóctono, uno de los animales emblemáticos de la República Argentina: el puma. Queda claro que en Mendoza el turismo aventura pdrá brinar múltiples alternativas para quienes disfruten de los imponentes paisajes cordilleranos.