¿Porqué México está en los primeros lugares a nivel mundial en obesidad?

Por: Lic. Cecy García

Así es, México le ha ganado a otros países al demostrar que cuenta con el mayor número de personas con sobrepeso y obesidad, ganándole incluso al vecino país de Estados Unidos. Y esto ya es mucho decir, puesto que los americanos parecen agrandar todo lo que comen por un módico costo extra.

Un 3% de los mexicanos padecen obesidad mórbida, es decir, tiene un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 40. El sobrepeso y la obesidad ocasionan problemas en distintas áreas de la vida, pero la obesidad mórbida representa una mayor dificultad para moverse, más enfermedades asociadas a ella, problemas emocionales e incluso las personas pueden verse confinadas a una cama, como algunos casos que se han dado a conocer por los medios informativos.

Pero, ¿a qué se debe que la obesidad se vea al menos en un miembro de cada familia mexicana?

Pues hay diversas causas, pero también diversas teorías:

Algunos expertos afirman que la obesidad puede deberse a que de bebés, se les dio pecho menos de 6 meses. Esto inhibió la producción de leptina, la cual es una proteína que se encarga de controlar la ingesta y el gasto de energía de nuestro cuerpo, además de ser la responsable de la saciedad. Hay estudios que indican que las personas obesas tienen una concentración alta de leptina, pero son resistentes a ella, por lo que nunca parecen estar satisfechas con la cantidad de comida que ingieren. Por ello, la OMS recomienda amamantar al menos 6 meses a nuestros hijos.

Hay otros expertos que indican que el cerebro y su química son los responsables de que comamos lo que comamos, en la medida en que lo hacemos y del modo en que lo hacemos. La dopamina es un neurotransmisor cerebral relacionado con el placer y las sensaciones agradables, y hay ciertos alimentos que nos hacen sentir placer: chocolates, comida chatarra, comida casera, etc. Cuanto más nos gusta lo que comemos, más dopamina segregamos. Así que siempre queremos comer más debido a que nos hace sentir bien.

Socialmente, el comer es un acto que nos une a los demás. Es símbolo de reunión, de convivencia. Las madres ponen todo su amor y esfuerzo en cocinar y atender a su familia, y en México nos sobran motivos y fechas para celebrar y reunirnos a comer a lo grande: día de las madres, cumpleaños, navidad, bodas, etc. (y si no hay, los inventamos). Entonces, el comer nos hace sentir amados, nos reúne con la gente que estimamos y además, nos hace sentir bien.

La psicología señala que la obesidad tiene relación con nuestras emociones; puede que canalicemos nuestras emociones y sentimientos negativos en la comida. Si nos sentimos tristes, irritados, molestos o deprimidos ¿qué hacemos? Pues comemos! Esta es una manera de “anestesiar” lo que viene molestándonos y no sabemos cómo quitarnos de encima. Como cualquier otra droga, la comida proporciona ese sentimiento de “bienestar” aunque sea solo temporalmente,  pero cuando este se esfuma, y sentimos otra vez malestar, buscamos comer más pues eso nos hizo sentir mejor.

Los trastornos alimenticios son principalmente de causa emocional, ya sea la anorexia, la bulimia o la compulsión por comer. Personas que han estado sometidas a dietas muy rigurosas sin ver resultados, preocupadas siempre por bajar de peso, pueden llegar a padecer obesidad, siendo que es lo que más evitan. Mujeres anoréxicas probablemente tuvieron o son propensas al sobrepeso, y las bulímicas no pueden evitar sentir culpa por comer, así que tratan de eliminar lo ingerido. La compulsión por comer se siente como algo que no se puede evitar, pero provoca una culpa inmensa, que a su vez, hace que la persona vuelva a recurrir a la comida para combatir ese sentimiento.

Simbólicamente, la obesidad puede ser un escudo, una barrera contra el mundo y sus agresiones. En ocasiones la persona obesa sufrió algún tipo de abuso sexual, y al tener sobrepeso se protege contra futuras posibles agresiones. “Si soy obesa, nadie se fijará en mí ni me lastimará”. Por otra parte, también puede ser resultado de alguna incapacidad para ejercer la sexualidad. En ambos casos, el sobrepeso evita que la persona llame la atención (o al menos, eso cree ella), y es una especie de escudo emocional ante situaciones amenazantes.

Claro, el factor hereditario no puede pasarse de largo. Existen familias donde predomina la obesidad. Además de pasarse de generación en generación, se aprenden los patrones y hábitos alimenticios y de vida, y es difícil no padecer sobrepeso si todos los miembros de la familia comen en grandes cantidades.

Por otro lado, cuando se habla de obesidad infantil, las causas son ambientales y familiares. Los padres dejamos de lado la alimentación y cuidado de nuestros niños, y pensamos que la televisión y la comida chatarra pueden ser sustitutos de nosotros. Las escuelas, por su parte, no ayudan mucho; es poco el tiempo de actividad física (si mucho, 2 horas por semana) que realizan dentro del plantel, y durante el tiempo de recreo los niños deben comer algo que les permita tener energía durante el resto del día escolar. Para ello, las famosas tienditas escolares cuentan con todo lo necesario si los papás no tienen tiempo o ganas de enviarles alimentos nutritivos: papitas, chocolates, refrescos, dulces, chilitos, sopas y demás comidas instantáneas, salen al rescate. Al llegar a casa, si no hay tiempo de cocinar algo sano, los niños son alimentados con algo rápido: un sándwich, pizza, más sopa instantánea, o comida por demás grasosa y condimentada. Luego, a ver la tele se ha dicho, pues los padres tenemos mil ocupaciones y no podemos estar al pendiente de los niños. Todo esto ocasiona que nuestros niños tengan sobrepeso (y otros padecimientos graves a su corta edad), y estos niños serán los futuros adultos gorditos del mañana.

Ninguna de estas teorías (o causas) es la única ni la que explique la obesidad en los millones de personas que la padecen. Esta, sin embargo, es multifactorial, y por lo tanto se debe tratar a nivel tanto emocional como físico.

Si tú o alguien que conoces tienen problemas con el peso o su manera de comer, acude con un especialista. Pedir ayuda no es señal de debilidad, sino de voluntad y deseos de cambiar.

Un saludo

Lic. Cecilia García

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