Los Hoteles de Mendoza – entre el lujo y la naturaleza
Como en pocos lugares del país, en Mendoza se origina una fusión perfecta e interesante entre la naturaleza virgen y la sofisticación de avanzada. A diferencia del sur cuya tendencia es la estética alpina, que multiplica las casitas de película de Disney, esta región cuyana se vale de la más avanzada tecnología para gozar al máximo de la maravilla del paisaje de montaña. Los principales hoteles de Mendoza capital brindan, apenas se llega a la próspera ciudad, la primera y más rotúnda prueba de ello.
Los hoteles Diplomatic y Executive Park Suites se cuentan entre los más elegantes y refinados de la ciudad de Mendoza. Y son pioneros en el arte de unir naturaleza y confort. Ambos hoteles son conocidos por sus Wine Rooms, habitaciones temáticas equipadas a todo lujo que trasladan a sus ocupantes a la mágica atmósfera de las bodegas mendocinas, con información, decoraciones típicas y, por supuesto, vinos y productos regionales para degustar.
El spa del hotel Diplomatic, por su lado, se encuentra entre los más modernos y lujosos de la Argentina, con un centro de fitness equipado con la más avanzada tecnología extranjera y tratamientos relajantes en boxes que miran directamente a la magnificencia de los Andes. Detalles que hacen la diferencia entre un gran hotel y un hotel de categoría.
El departamento de Malargüe, en el extremo sur de la provincia, alberga uno de los centros de ski más importantes de Sudamérica, el del Valle de Las Leñas. A causa de esto, la oferta hotelera del más alto nivel se multiplica en la zona. Complejos de cabañas en plena cordillera deslumbran con su propuesta de confort y lujo, mientras que los hoteles cinco estrellas ubicados directamente en el Valle suman el plus de una distinguida oferta gastronómica.
La naturaleza no se queda atrás y deslumbra con atracciones como la Cascada del Chihuido, insólita formación de origen marino, la Caverna de las Brujas, con sus laberintos salpicados de estalactitas y estalagmitas, o el bosque petrificado de Llano Blanco, cuyas imponentes araucarias ya estaban allí hace 120 millones de años. Toda la geografía montañosa del departamento resulta, sin lugar a dudas, una caja de sorpresas que vale la pena abrir. De enero a abril, nada mejor que explorar los picos nevados salpicados de ríos y arroyos de montaña. A partir de mayo, la nieve acapara las mejores y más divertidas actividades.
Imposible aburrirse, o no encontrar buenos alojamientos en Mendoza, cualquiera sea la época del año.
Jorge Alberto Guiñazu