Franquicia o negocio propio

Invertir en un negocio puede hacerse de varias formas, especialmente ahora que la apertura tecnológica le abre sus puertas a cualquier emprendedor. Pero ojo, que ni antes ni ahora es fácil el camino. Simplemente hay más diversidad de opciones y cada una tiene sus ventajas como ciertas dificultades, es cuestión de evaluar tales alternativas para tomar la decisión de acuerdo a la que mejor se ajuste a nuestras preferencias y posibilidades.

Acá nos concentraremos en discernir entre apegarnos a un modelo de franquicias o aventurarnos a un negocio propio. A continuación daremos una breve explicación de cada modalidad.

Las franquicias pertenecen a un modelo de negocio en el cual se paga inicialmente por el derecho de usar una firma determinada. Esto en sí trae algunas ventajas a saber:

  • Acompañamiento de expertos, esto quiere decir que no importa si somos novatos en el mundo de los negocios. El franquiciante (quien vende el derecho de uso de la marca) proporciona el apoyo técnico, administrativo, incluso gerencial, para llevar a cabo la apertura de la tienda (física o virtual).
  • El personal recibe una formación acerca de la manera de trabajar y atender al público.
  • Generalmente se trata de productos o servicios ya conocido y acogido por una audiencia, además con buena reputación. Podemos ver directamente cómo les va a los establecimientos existentes. No hay que imaginar cómo será porque son visibles.
  • La publicidad de uno la aprovechan todos. Bien sea de los responsables de la franquicia o de alguno de los franquiciados, los esfuerzos que emplean para enaltecer la firma, le es útil a todas las tiendas.
  • Tienen la fama de ser rentables.

Limitaciones de una franquicia:

  • No puedes modificar a placer procedimientos, diseños, precios, proveedores, en fin todo lo que esté estipulado en el contrato.
  • Hay que pagar una cantidad de dinero solo para tener el derecho de uso, adicional a los costes requeridos por la implementación y mantenimiento. No se puede empezar hasta reunir la suma mínima exigida por el franquiciante.
  • Hay que pagar regalías mensuales.

En cambio, tener un negocio propio tiene otros retos y ventajas, entre lo favorable podemos mencionar:

  • Eres libre de elegir y tomar decisiones de acuerdo a tus criterios y posibilidades. Si tienes una visión atractiva y la implementas con éxito, los dividendos pueden llegar a ser muy altos.
  • Es factible crecer paulatinamente. Si no tienes mucho capital al principio es posible empezar con una pequeña parte del proyecto y poco a poco avanzar.
  • Todo el capital es invertido en el desarrollo del negocio.
  • Las ganancias te quedan completas.

Pero emprender de manera autónoma exige:

  • Esfuerzo desde el diseño hasta la puesta en producción.
  • Trabajar e invertir fuertemente en publicidad para dar a conocer la marca y que se posicione bien, sabiendo que hay competidores que tienen mayor madurez en el área seleccionada.

Cuando se es novato habrá muchas cosas legales y administrativas que costará bastante entender.

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