Fallos comunes que pueden llevar a reparar un iPhone

Son muchos los fallos que pueden llevar a reparar un iPhone. Aunque parezca ridículo, uno de los más comunes es la filtración de agua entre los circuitos como consecuencia de una inmersión accidental.  Usar el móvil en la piscina puede llevar a la disfuncionalidad de algunos componentes o a la pérdida de datos valiosos. Sólo un buen SAT iPhone sabrá aplicar las medidas necesarias para reducir todo lo posible el volumen de información irrecuperable.

También es frecuente la acumulación de impurezas entre las piezas del dispositivo. Tierra, polvo e incluso piedras pueden atascarse entre botones y circuitos y volver al aparato prácticamente inutilizable. (es frecuente, por ejemplo, que alguna obstrucción impida el uso del botón Home). En estos casos, la primera medida a tomar es eliminar el polvo introduciendo un extractor de aire comprimido a través de los puertos del dispositivo. Si esto no funciona, habrá que desmontar el dispositivo para descubrir dónde está el problema y realizar una limpieza profunda.

Otro fallo común es la presencia de píxeles defectuosos en la pantalla. Estos píxeles aparecen en la forma de puntos estáticos de color invariante. Si el color es negro, hablaremos de píxeles muertos. Si el color rojo, verde o azul, se tratará de píxeles atascados. En el primer caso, no queda otra opción que cambiar la pantalla por una nueva. En el segundo caso, siempre podrá intentarse el uso de soluciones de software que estimulen los píxeles defectuosos para obligarlos a cambiar de color como los demás.

En cualquier reparación que implique la sustitución de la pantalla, será necesario obrar con sumo cuidado. Un mal reensamblaje puede llevar a que las piezas internas queden mal colocadas, ocasionando un funcionamiento inestable. Por eso, siempre hay que dejar nuestro móvil en manos de un SAT iPhone altamente capacitado para este tipo de tareas.