Es tu plan para adelgazar, no el de tu madre

A medida que ibas creciendo, tu madre siempre te decía cosas que en ese momento te molestaban pero, cuando fuiste mayor, te diste cuenta de que tenía razón. Por ejemplo, tu madre probablemente te decía que te laves las manos, que comas todas las verduras de tu plato, que pases tiempo jugando afuera y que todas esas cosas te ayudarían a crecer saludable y feliz. Sin embargo, ¿le prestaste atención en ese entonces?
Mucha gente comenzó a preocuparse por perder peso en su adolescencia. A menudo, aumentamos un poco de peso durante la pubertad, que es también cuando realmente nos interesa encajar con nuestros pares. Sentíamos que, si perdíamos un poco de peso, podíamos ser parte del grupo de los chicos populares, ser invitados a más fiestas o conseguir una pareja para el baile de graduación. Ser más delgados era ser “normales”. Sin embargo, a la vez, no queríamos prestarle atención a nuestra madre que nos decía que no repitiéramos platos de comida y eso nos dificultó más las cosas.
Hoy en día hay mucha información sobre la pérdida de peso y cómo intentarlo. Nuestras madres tuvieron las mejores intenciones para nuestro bienestar pero quizás no habrían comprendido totalmente qué hacer si su hijo se había vuelto obeso. Tal vez se habrían culpado y pensado que eran malas madres. Luego, esa culpa se transferiría al niño con sobrepeso haciendo que los problemas de peso empeorasen a medida que el niño crecía.
Hoy, bajar de peso se ha convertido en una obsesión nacional. Por todas partes, los comerciales de televisión nos dicen cómo cierto producto o cura puede hacernos perder peso milagrosamente. Los nuevos procedimientos quirúrgicos y pastillas para adelgazar prometen resultados milagrosos, que, sin embargo, implican un alto costo financiero y personal para las personas que sufren obesidad. Nos dicen cómo debemos lucir y eso hace que la gente con sobrepeso esté disconforme con su cuerpo y sienta que no puede llevar adelante una buena vida. Pareciera que el mundo no tolera a la gente que no es perfecta.
Ideas fáciles para bajar de peso
Para adelgazar es preciso comer una dieta saludable, no comer demasiado y hacer ejercicio físico periódicamente. Las dietas saludables incluyen muchas verduras y frutas frescas, y comidas balanceadas. Eso significa que incluyen alimentos de cada grupo. También es importante no saltear comidas. Además, necesitas ejercitarte lo suficiente como para que tu cuerpo queme más calorías que las que consumes. Una parte de crecer consiste en ser responsable de tu vida. Los adultos algunas veces necesitan deshacerse de esa culpa y darse cuenta de que pueden sacarse de encima esos kilos de más, tan pronto como tomen la iniciativa.
Éste no es el plan de dieta que tu madre ideó para ti, pero, si lo piensas bien, ella tenía razón sobre muchas cosas…

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