El entrenador y el rendimiento del futbolista.
La decisiva influencia que ejerce el técnico en el trabajo del jugador.
Resulta indudable que el entrenador de un equipo de fútbol tiene que estar psicológicamente preparado para desarrollar su actividad ya que la psicología constituye un factor fundamental a la hora de realizar el trabajo que ha de llevar a cabo.
A nivel personal ha de encontrarse en las mejores condiciones posibles desde el punto de vista mental, en cuanto a motivación, fortaleza de espíritu y seguridad en si mismo y, no solo por el beneficio particular que esto le supone, sino por que es imprescindible disponer de un buen estado anímico para luego poder transmitirlo a sus jugadores.
El entrenador ha de plantearse una serie de objetivos desde el punto de vista psicológico tanto a nivel colectivo como individual. Al ser el fútbol un deporte de conjunto, el técnico tiene que realizar una doble faceta, la más importante es a nivel de grupo pero sin olvidar nunca el aspecto contrario en el que ha de preocuparse por separado de cada uno de sus jugadores y en el que muchas veces se verá obligado a intervenir a lo largo de la temporada, por que son muchas las situaciones que se pueden plantear a nivel personal y que guardan relación con el futbolista como individuo.
Las metas que el entrenador ha de plantearse desde el aspecto grupal y con relación al trabajo de preparación psicológica han de centrarse fundamentalmente desde mi punto de vista en conseguir motivar al equipo para la consecución de los objetivos que se han establecido durante la temporada en el desarrollo de la competición que se dispute. Lograr que el grupo crea firmemente en sus posibilidades, que se haga fuerte ante la adversidad y sobre todo que permanezca unido y sin fisuras en los momentos difíciles cuando las cosas no salgan bien y los resultados no acompañen.
A nivel individual tiene una gran importancia que a todos los futbolistas que forman la plantilla, con independencia de que unos jueguen más que otros, por que tiene que haber titulares y reservas, les deje claro que cuenta con todos ellos y, que todos son necesarios para el funcionamiento del equipo aunque jueguen más o menos tiempo durante los partidos.
Si el entrenador consigue que el jugador con independencia de su situación participativa en el equipo a nivel competitivo, se sienta importante dentro del grupo y sobre todo valorado y apreciado por su técnico, habrá logrado algo de vital importancia para llevar a buen puerto la nave del equipo y alcanzar todas las metas que se haya trazado, ya que habrá conseguido canalizar todos los esfuerzos de los miembros del grupo para que se dirijan en una misma dirección, buscando siempre el bien común y eso es indudable que repercutirá muy positivamente en el buen funcionamiento del equipo.