Desprendernos del miedo a intentar un negocio independiente e inver tir en la libertad financiera – parte I
Estamos casi convencidos acerca del hecho que cualquiera de los privilegiados miembros de la población mundial que poseen una PC, o canal de cable, o TV satelital, o al menos TV a la antigua, está cansado ya a esta altura del 2010, de escuchar noticias, comentarios, especulaciones y hasta documentales sobre el fin del mundo, que según los Mayas, Nostradamus, o cualquier otro vidente de la antigüedad, nos está por eliminar a todos dentro de dos años.
A nosotros, los autores de este artículo, es decir mi esposa y yo, nos hace acordar a la temporada ocurrida hace algunos años en la cual se pusieron de moda en el cine, o particularmente en los documentales, los cometas que con toda seguridad, estaban por llegar a la tierra, impactarla y convertirla en mayonesa. Permanentemente el Discovery, canal por el cual tengo gran afinidad, y otros, nos estaba mostrando a los pobres dinosaurios, que reinaron en la tierra hace apenas unos pocos millones de años, en el Jurásico, según Spielberg, y que por culpa del famoso cometa desaparecieron. Las implicancias de este hecho no dejan de ser fascinantes, quien sabe si de no haber sido por este desastre astronómico, actualmente los humanos no descenderíamos de los reptiles y tendríamos escamas, o plumas, o alas como los pterodáctilos. Vaya a saber…La realización, con la considerable cantidad de dinero que cuestan, de películas como “Armagedón” o “Impacto Profundo”, son la clara evidencia del “profundo impacto” que este tema tenía en la población.
Como en ese momento, nosotros consideramos que cualquier tema por el cual la masa de espectadores muestre interés, será explotado por los realizadores de diferentes tipos de espectáculos, a fin de captar público y tener altas recaudaciones. Esto sin importar la inversión que signifiquen. Es natural. Oferta y demanda, es la ley de la buena administración financiera, de un negocio que obtenga buenos ingresos.
Pero, como es que llegamos a desarrollar interés por estos temas? Hay un número alto de astrónomos aficionados entre los espectadores? o será un número alto de paleontólogos, geólogos, arqueólogos,… dinosauriólogos?… No será solamente que tenemos cierta tendencia a gustar del morbo o del miedo cuando sabemos que se trata de ficción e inclusive cuando no estamos muy seguros? De alguna manera debe ser cierto, después de todo, ciertos temas como los vampiros, Frankenstein, hombres lobo, etc., son eternos. Y ni hablemos del tema de los homicidios, que ya como ficción, pueden llegar a no serlo tanto, si vemos el noticiero o leemos un diario, y aun considerando la posibilidad que algo así pudiera ocurrirnos, nos parece un tema siempre interesante. La antigüedad de Sherlock Holmes, Miss Marple, Hércules Poirot, el maravilloso Columbo, Ellery Quinn, etc., no ha disminuido en nada su popularidad y audiencia.
Indudablemente, los realizadores de espectáculos no ignoran nuestras apetencias, ni nuestras debilidades y así nos proveen de estos “elementos de consumo” del rubro entretenimientos. Pero no son los únicos. Hay otros que también conocen a fondo los temores de la población, y también los utilizan, aunque no tienen el menor interés en “entretenernos”.
Poco tiempo después de la SGM (2° Guerra Mundial), la entonces Unión Soviética empezó a realizar sus primeros ensayos con armamento nuclear. Este hecho marcó el comienzo de la Guerra Fría, entre los Estados Unidos de América y la Unión Soviética, que se continuaría rápidamente a otros países formando los dos bloques, los países integrantes de la NATO, y sus enemigos las naciones del Pacto de Varsovia. Ambas potencias debían mantenerse en perpetuo equilibrio, siendo esta la causa de la llamada carrera armamentística, ya que el disbalance de este equilibrio determinaría el ataque de uno de los bloques sobre el otro, y en consecuencia la guerra nuclear.
Esta realidad, mantuvo en el temor, de mayor o menor grado, a la población de muchos países, en ambos bloques, durante décadas, y aunque afortunadamente, este sentimiento era decreciente, recién en los años ochenta, casi desaparece, con la firma de los tratados entre R.Reagan y Mikhail Gorbachov, y la posterior disolución de la Unión Soviética, a principios de los noventa. Casi… desaparece.
El temor, vigente durante casi cuarenta años, especialmente en los Estados Unidos, llevó a muchos de sus habitantes a emigrar, o construir bunkers en el sótano de sus casas, o a mirar de reojo a cualquier persona que tuviera un acento extranjero al hablar, “por si era un espía ruso”, aunque el pobre hombre estuviera hablando italiano.
La población, bastante bien adoctrinada, mediante películas, discursos, series de TV, se mantuvo dócil, y mostró un buen frente ideológico con gran cohesión , que solamente a mediados de los sesenta al ingresar EEUU en la guerra de Vietnam, mostró grietas, particularmente por el nacimiento del movimiento hippie, que tenía una ideología pacifista. Los medios periodísticos y toda la industria de la publicidad hicieron un excelente trabajo al alimentar permanentemente este sentimiento. La población con la excepción citada tuvo un perfil sumiso y nacionalista, sin alimentar mayormente dudas acerca del accionar de su gobierno.
Este modelo, la guerra fría, no es el único naturalmente, enorme número de poblaciones de distintos países, han permanecido sumergidas en el temor a lo largo de toda su existencia. Utilizamos a los EEUU como
ejemplo simplemente por ser el mas conocido, y por permanecer, desde la época mencionada hasta nuestros días en un estado de miedo constante cambiando un objeto de temor por otro.
De hecho muchos sociólogos afirman que esta sociedad en particular ya se ha convertido en “existencialmente temerosa”, es decir que “vive” con una sensación de amenaza colectiva crónica que ocupa un tan alto grado de importancia en la vida de cada uno de sus habitantes como no se observa sino en países en guerra en su propio suelo, o en sociedades amenazadas mucho mas concretamente por sus vecinos, como Israel, o inclusive en las poblaciones de los países cuyos destinos están lamentablemente regidos por dictaduras y en los cuales no existe garantía alguna de seguridad personal o de respeto a los derechos humanos de sus habitantes.
Nosotros, pensamos que realmente la historia demuestra con múltiples ejemplos, y en todas las épocas, que mantener a un pueblo sumiso, se logra fácilmente sometiéndolo al miedo o a la desilusión. Ambos evitan reclamos, rebeldías, protestas, y lo hacen con mayor eficacia si se “usan” juntos. Y no tiene importancia si el “objeto de temor” es una amenaza extranjera, como en el caso de los EEUU, o interna como en el caso de las distintas dictaduras que hubo y hay. Funciona igual. Basta con analizar “modelos a escala” como en el caso de los campos de concentración de la Alemania nazi, donde pese a saber, finalmente, el destino al cual se enfrentarían, los reclusos jamás se rebelaron.
Ahora, que hace un gobierno que utiliza estos métodos para manejar fácilmente a la población, cuando el objeto de miedo utilizado desaparece?. Fácil, inventa otro. Si es un gobierno democrático, en un país con leyes que establecen el respeto por las garantías individuales y los derechos humanos, inventará una amenaza exterior. Por ejemplo terrorismo. Si se trata de una dictadura, Birmania por citar un ejemplo, el absoluto desprecio que tienen los dictadores por los derechos del hombre hace innecesario inventar nada exterior, basta con reprimir fuertemente cualquier rebeldía que surja y esta dejará de surgir.
En cualquier caso, si a la población que sea, se la atemoriza y se la desilusiona, será de muy fácil manejo. En consecuencia dejando de lado toda forma de gobierno dictatorial, las democracias que utilicen este método de gobierno, simplemente rotarán una amenaza por otra a fin de evitar el desgaste de cada una de ellas. Después de todo, la gente se aburre de temer siempre lo mismo, y sino se concreta alguna de esas amenazas tiende a pensar que no son tales. Si además se les distrae-asusta, mediante profecías de terror, alimentadas por los medios de prensa, y por la renuencia al comentario de parte de las autoridades, se crea esa sensación de sospecha, en la cual el público piensa,”si todo esto es una fantasía, por que se abstienen de hacer comentarios, que ocultan?, habrá algo de cierto?
Un célebre escritor americano de ciencia ficción recientemente fallecido, M. Crichton, por el cual tenemos gran afecto, y cuya pérdida lamentamos muchísimo, tenía esa extraña y maravillosa forma de escribir una historia
de ficción, en la cual el lector, aun sabiendo que se trata de ficción, casi, casi,… la cree. Estamos convencidos que el Dr. Crichton hubiera sido el mejor autor para aquellos “inventahistorias” que los diferentes gobiernos, utilizan para distraernos de la vergonzosa realidad o para conseguir nuestra anuencia en determinado proyecto o elección.
En su libro; “Estado de Miedo”, Crichton, brillantemente, como en todos sus escritos, utiliza a un conocido pero desacreditado personaje del mundo de los ambientalistas para hacer una rápida, fugaz, pero excelente descripción del interés que ciertos gobiernos tienen en mantener a la población en un permanente estado de miedo, que como un bozal o un collar la mantenga atada siempre y del cual se pueda tirar de ser necesario en momentos de necesidad, es decir cuando sea demasiado difícil explicar acciones o decisiones, o eventos, y donde el recuerdo de los miedos a “los terribles peligros que acechan” sea suficiente para justificar cualquier acción del gobierno, controvertida o cuestionable.
La pérdida de varios derechos constitucionales en EEUU, después de los atentados del 11/9 demuestran la efectividad de esta técnica, ya que semejantes medidas no despertaron la reacción de rebeldía que la ciudadanía americana debió haber demostrado. Y de haber habido alguna protesta, en ese momento, hubiera bastado para sofocarla con el recuerdo de “la necesidad de obrar enérgicamente en esta guerra contra el terrorismo internacional “.
Tras algunos años… y dos guerras después,… estas medidas siguen en vigencia. La legislación no ha llevado a su cauce normal a las garantías personales en EEUU, y este hecho, la restricción de los derechos del hombre, por si solo, constituye indiscutiblemente el éxito más grande que cualquier terrorista de la historia haya alcanzado jamás.
Esta lamentable situación, o reflexión, como quiera, puede hacer pensar a quienes leen estas líneas: que tiene que ver todo esto con el miedo a intentar un negocio independiente? Todo, aunque parezca mentira, todo.
Los humanos aprendemos mediante el mecanismo de ensayo y error, como todos los animales, pero como somos mas inteligentes, que la mayoría por lo menos, aunque no siempre parezca, también aprendemos por analogía. Es decir, aprendemos mediante el análisis de puntos en común, “análogos”, en situaciones que aunque no hayamos vivido antes y tengan distinta estructura a otras situaciones ya vividas, nos permiten llegar a conclusiones aplicables. A esto lo llamamos experiencia, intuición, sabiduría… como sea, no es mas que la extrapolación de conceptos aprendidos en errores cometidos en situaciones previas, distintas estructuralmente, pero equivalentes. En definitiva esa sería la
definición de analogía, es decir dos cosas que tienen diferentes estructuras pero la misma función, como las alas de un pájaro y un avión, estructuralmente diferentes pero equivalentes en cuanto a su utilidad.
En la segunda parte del presente artículo vamos a terminar el tema del miedo personal y su papel como el principal enemigo de los emprendimientos tendientes a alcanzar la muy universalmente ansiada libertad financiera. También su papel como la principal herramienta de aquellos que no tienen ningún interés en ayudarnos a alcanzar la LF y si mucho en que permanezcamos pobres, ignorantes, estúpidos y manejables.
Hasta pronto.
Sandra Podestá y José Luis Remiro