Cómo Funcionan las Impresoras de tinta
Las impresoras inkjet han revolucionado la impresión comercial, antes de penetrar en el mercado hogareño y acelerar la tecnología de impresión a ritmos insospechados. En la actualidad, son un elemento esencial de cualquier oficina y una herramienta versátil para todo tipo de impresiones.
Desde sofisticados estudios de diseño gráfico e imprentas de periódicos hasta oficinas hogareñas y tiendas de todo tipo, casi no existe un lugar de trabajo que no posea o necesite una impresa inkjet. La alta calidad de su rendimiento y la facilidad de su uso han permitido que las impresoras inkjet vuelvan a ser protagonistas, utilizadas por millones de usuarios para usos tan diversos como imprimir notas, facturas, bocetos de publicación y portfolios.
Fabricadas por primera vez en los años ochenta a un precio predeciblemente alto, no fue hasta la década de los noventa que el precio de las impresoras inkjet estuvo al alcance de la mayoría de los consumidores. Antes de la llegada de las impresoras inkjet, la impresora de oficina más avanzada era la matricial de punto. Este tipo de impresoras, a años luz de la calidad de las impresoras laserjet, eran además ruidosas, lentas y dependían de un tipo particular de papel. Contrariamente, las impresoras inkjet brindaron al usuario mayor flexibilidad en la elección del papel e introdujeron la impresión a color al gran público.
¿Pero cómo funcionan las impresoras inkjet? Se dice que el método fue descubierto por error, cuando un investigador tocó accidentalmente una jeringa llena de tinta con una soldadora caliente, provocando que una gota de tinta saltara de la punta de la jeringa. Básicamente, se trata de un sistema de impresión sin contacto con el papel por el cual las boquillas de los cartuchos lanzan gotas de tinta a chorros sobre el papel para crear la imagen o la línea de texto.
Como todas las impresoras (hasta las máquinas de escribir) un cabezal alineado recorre la página horizontalmente y es alimentado por un pequeño motor, que lo empuja a la derecha y a la izquierda de la página. Una vez que ha sido impresa una franja de tinta, el mecanismo giratorio de la impresora empuja el papel levemente hacia arriba, para que la próxima franja pueda ser impresa. No mucho después de que la impresora de tinta inkjet fuera inventada, rápidamente se adaptó para que imprimiera una franja vertical y una horizontal en la misma pasada, lo que redujo el tiempo de impresión a la mitad. Cuando consideramos que la impresora inkjet más hogareña solo necesita medio segundo para imprimir una línea (aproximadamente 2.500 gotas de tinta), significa que cada boquilla reacciona a un tiempo de respuesta promedio de 1/5000 de segundo, lo que es sorprendentemente rápido. Por supuesto, mientras más avanzada es la impresora, más aumenta su velocidad de impresión.
Como la tinta debe ser distribuida con gran precisión, las boquillas de los cartuchos de tinta son tan finas como un cabello y, en los primeros modelos, era usual que se obstruyeran con tinta. Pero este inconveniente llevó a mejorar la calidad de la tinta. Una boquilla defectuosa o un driver de impresora que no calcula con precisión la cantidad de tinta que sale de cada boquilla provocará un exceso de tinta, formando manchones. Otro problema similar que poseían las primeras impresoras inkjet era que la tinta de los documentos recién impresos se corría si no se dejaba secar por algunos segundos, pero esta dificultad también llevó a mejorar la calidad de la tinta. Para el usuario, estos avances significaron más tecnología por menos dinero.
Pese a las predicciones de que las oficinas del futuro prescindirían totalmente del papel, el vertiginoso avance de la tecnología hizo posible que las impresoras de tinta sigan siendo hoy tan útiles como hace 20 años.