Barcelona, ciudad de contrastes

Barcelona es una ciudad increíble. La capital de la comunidad autónoma de Cataluña es una de las ciudades más grandes de España, siguiendo de cerca a Madrid, la capital española. Todo el mundo que ha visto Barcelona alguna vez en su vida se ha quedado prendado de su encanto, belleza y de su naturaleza única.

            Barcelona es una ciudad caracterizada por las diferencias dentro de su propio entramado de calles. Se trata de una urbe diferente en todos los sentidos, pues aúna en un mismo centro aspectos arquitectónicos más clásicos y una impresionante rotura modernista y contemporánea. La arquitectura de Barcelona es muy distinta, pues como ya he dicho la ciudad se basa en los contrastes; buen ejemplo de ello es la absoluta convivencia pacífica entre una de las catedrales góticas más impresionantes de España, como es la catedral de Santa María del Mar, y otra de las iglesias más visitadas tanto por nacionales como por turistas extranjeros y que, además, está sin terminar; es obvio que se trata de la Sagrada Familia de Gaudí.

            Gaudí es probablemente el motor que produjo ese contraste, ese cambio entre la arquitectura o el estilo más clásico y el más moderno. Toda la ciudad está impregnada de su sello, que dejó a lo largo de edificios personales y otros monumentos de interés público, como puede ser el Parque Güell.

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