El Patrimonio de la Humanidad de Malta
En el siglo XI los normandos sicilianos ocuparon el territorio de Malta. La religión cristiana se asentó tras un periodo de conquista árabe al mismo tiempo que surgía una nobleza que hoy sigue siendo de origen italiano. Más tarde, perteneció a la corona de Aragón, al igual que Sicilia, y fueron los Caballeros Hospitalarios, conocidos como la Orden de San Juan de Jerusalén, quienes gobernaron en el lugar a cambio de una renta. La unión de sus componentes se conocen hoy como la Orden de Malta.
De esta etapa viene que, aunque los idiomas oficiales sean el inglés y el maltés, dos tercios de la población hablan o entienden italiano. No solo su cercanía geográfica fomenta varios siglos después esta tendencia. Los medios de comunicación italianos y su cultura coexisten en este país miembro de la Unión Europea desde 2004.
Compuesto por las islas Malta, Gozo y Comino, el país mediterráneo recibe visitantes de arena y playa, pero que también persigue un turismo cultural. La mezcla racial de sus 7.000 años de historia ofrece la posibilidad de recorrer las calles de color miel (de ahí su topónimo) alternándola con paseos de catedrales barrocas o bizantinas. Destaca en su pasado neolítico del que podemos visitar sus restos en los templos megalíticos que junto con La Veletta, el Hipogeo Hal Saflieni están declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Subsisten siete de estas primeras edificaciones repartidas por la isla Malta y Gozo. En esta última, la más desértica, se encuentran los de Ggantija, los monumentos más antiguos del mundo sin fijación artificial. Se clasifican dentro de la edad del Bronce. Los que tienen sede en el islote de Malta se consideran propios de un característico estilo maltés y se han datado entre el 3600 y el 2400 a. C. Las visitas oscilan entre 5€ y 10€ con descuentos para menores de 18 años y estudiantes.
En el siglo XX se descubrió el segundo complejo relevante del país, el Hipogeo hal Saflieni. Tres niveles de construcción subterránea, que comparten historia con los templos malteses, y que afloran en un edificio funerario excavado en plena roca y utilizado además como santuario. Para asegurar la conservación del entorno solo se permite su recorrido a 80 personas al día que pagan 20€ para su acceso (15€ para estudiantes). Si no queremos quedarnos si verlo es conveniente reservar con antelación en www.heritagemalta.org.
Por último, la capital del país, La Veletta, concentra en muy poco espacio construcciones fenicias, griegas, cartaginesas, romanas, bizantinas, árabes y finalmente, propiciados por la orden de los Caballeros Hospitalarios. En 55 hectáreas se concentran unos 300 monumentos propios de estas influencias y de su mezcolanza muy accesible para el viajero que guste de caminar. En este entorno sería muy útil reservar los hostales Malta por su comodidad y posibilidad de movimiento. El desembolso inevitable de una visita a los monumentos y el ferry (los taxis acuáticos son carísimos) que conecta entre sí las tres islas se debe compensar con el aprovechamiento de estos paseos por este maravilloso centro histórico y cultural.
Por: Sonia L. Baena
Sonia es una viajera independiente que, antes de trabajar como escritora para HostelBookers recorrió varios continentes descubriendo las maravillas de sus ciudades y pueblos. En su estancia en Malta descubrió albergues de calidad y económicos donde alojarse.