Disfrute el paseo de un museo distinto
Los increíbles paisajes mendocinos invitan más a disfrutar de la vida al aire libre que a visitar un museo. Y en la tierra del sol y el buen vino, casi no hay peligro de días nublados o lluviosos que nos exigan buscar refugio bajo techo. Aunque, así como existen paseos, paisajes, monumentos y hoteles en Mendoza que escapan de lo común, también podemos encontrar museos muy originales que no nos arrepentiremos de visitar, aunque haya sol.
Tal es el caso del Museo Americanista “Valle de Uyata”, ubicado en la ciudad de Rivadavia del departamento que funciona a la vez como museo y casa de artesano a la que se accede con cita previa. Un popular artista plástico regional especializado en cerámica abre su taller para todos los que quieran conocer, admirar y adquirir sus obras. Pero además, comparte generosamente con los visitantes una extensa colección de platería criolla, antigüedades, botellas y una amplia e importante serie de reliquias de la vida colonial mendocina.
El museo cuenta con valioso material arqueológico de las culturas huarpe y araucana, propias de la zona, como también de otras culturas aborígenes del noroeste argentino y países limítrofes. Esta colección se completa con bellos objetos en cerámica realizados por el propio artista que nos sumen en la vida cotidiana de estos pueblos de esplendor precolombino.
Ambientado con un estilo colonial y rústico, este museo taller nos posibilita asomarnos a la increíble riqueza cultural de los pueblos originarios de toda América, entre artesanías, instrumentos musicales, e indumentaria. El arte y las costumbres criollas también dicen presente a través de una importantísima colección de aperos y prendas originarias tanto de Argentina como de Chile, Perú o Bolivia.
Las artesanías, elaboradas en metal, cerámica o piedra, reflejan la idiosincrasia, laboriosidad y sentido estético particulares de cada cultura, transformándose en una ventana al corazón de estos pueblos que nos hablan hoy, desde el pasado.
El museo Valle de Uyata ofrece, con cita previa también, una visita guiada que permite empaparse aún más de la vida de los primitivos habitantes del suelo mendocino. Esos que parecen volver a la vida entre los instrumentos de labranza, vasijas y artesanías que constituían su universo cotidiano. Un universo tan lejano, que jamás pensamos experimentar, y que se vuelve tan cercano en este pequeño rincón de Rivadavia. Y en este pequeño museo que regala otro recuerdo para almacenar de nuestras vacaciones en Mendoza.
Jorge Alberto Guiñazu